9:00 - 10:30 > Panel 1
La esclavitud moderna - Conceptos y evolución en una economía globalizada
Las formas de esclavitud han cambiado y, hoy día, ya no se trata de la propiedad de personas en sentido literal – salvo en algunos países como Mauritania, donde persisten modos ancestrales de esclavitud – sino más bien de la explotación y de la coacción sistémica a gran escala.
La esclavitud moderna es un concepto general que engloba diversas formas de explotación grave que sufren trabajadores en situación vulnerable. La atención prestada recientemente a la trata de personas y su definición responden a los nuevos desafíos de la globalización, donde millones de trabajadores se convierten en el blanco de gobiernos y empresas en busca de mano de obra barata. A nivel mundial, miles de organizaciones están luchando contra la esclavitud moderna y los Estados miembros de las Naciones Unidas se han comprometido a combatir este tipo de esclavitud conforme al Objetivo de Desarrollo Sostenible 8.7. Se ha demostrado que los traficantes se adaptan a los riesgos. Por lo tanto, las estrategias y las políticas de lucha contra la pobreza deben coordinarse con la cooperación internacional con el objetivo de adoptar leyes contra la esclavitud y poner en marcha programas de capacitación para la aplicación de estas leyes por parte de la policía local, los procuradores y los jueces. 

11:10 - 12:30 > Panel 2
La responsabilidad de las empresas en la erradicación de la esclavitud laboral en las cadenas de suministro
Las empresas deben rendir cuentas de las consecuencias sociales, medioambientales y económicas de las actividades de sus cadenas de suministro. Las políticas eficaces de Responsabilidad Social de las Empresas (RSE) atenúan el riesgo e influyen en la percepción de la imagen de una empresa en el mercado. Sin embargo, debido a la naturaleza de la esclavitud laboral en muchos sectores – una actividad criminal y corrupta por lo general encubierta –, incluso las empresas más cuidadosas corren el riesgo de proveer bienes manchados de esclavitud para maximizar sus beneficios. Los gobiernos nacionales de los países de origen deben asumir la responsabilidad del problema, pero además, las empresas tienen que establecer un diálogo con esos gobiernos sobre la aplicación de las leyes penales contra la esclavitud. Los gobiernos Y las empresas deben colaborar para identificar e investigar a aquellos que se benefician de la explotación y del trabajo gratuito y forzoso de niños y adultos en sus sectores de la economía.